Uno de los coches míticos de los rallies y ya legendario deportivo es sin duda el francés Renault Alpine. Su leyenda se fraguó a finales de los 60 y en los 70 gracias a su gran comportamiento en las pistas y sus por entonces innovadoras prestaciones. A pesar de que los primeros modelos Alpine llegaron en los 50.
Tal y como lo concibió su ‘padre’ Jean Redelé, inicialmente el Alpine se basó en el Renault 4 CV aunque posteriormente se modificó a partir del Dauphine. Este bólido especialmente pensado para las carreras proporcionaba al piloto grandes prestaciones. Centrándonos en la estrella más mítica, el A110 que vio la luz en 1962, su motor era trasero de 1 litro y podía llegar a los 48 CV. Eso sí, en poco tiempo se llegaron a montar motores de 1,3 litos y hasta 110 CV mientras que la base técnica del vehículo se fundamentaba en el R8. Además contaban con una suspensión dura que aumentaba la potencia, unos amortiguadores traseros dobles y estabilizadores.
Su gran virtud era que la relación peso potencia lo hacía ser muy competitivo. Es decir que a pesar de no tener un supermotor el secreto que se lo permitía y por lo tanto su innovación no era otro que el uso de un chasis tubular de acero y una carrocería 100% de fibra de vidrio.
La berlinetta de Redelé destaca no sólo por su apariencia deportiva gracias a una estilizada línea redondeada con grandes faros y aletas de resina (para airear el motor) sino también por su luminosidad lograda gracias a sus grandes cristaleras. Una apariencia más cuidada y que la de sus hermanos mayores A106 y A108. Con la llegada del A110, el Alpine vivió un verdadero boom de ventas en comparación con sus antecesores. Así, su atractivo diseño unido a los buenos resultados en las competiciones y por supuestos su buen rendimiento propiciaron la moda y la leyenda del Alpine.
Su paso por la competición de rallies vivió su momento dorado en 1973 cuando Ove Andersson se hizo con el Rally de Montecarlo y Jean Claude Andruet el Campeonato del Mundo de Rally y el de Francia.
La producción de este modelo en versión coupé y cabrio se concentró en la fábricafrancesa de Dieppé y en la española de FASA Renault para su distribución en Europa. Sin embargo, el popular deportivo también cruzó el charco y se fabricó en América del Sur aunque con otro nombre porque se hizo bajo licencia. Allí fue el ‘Willis Interlagos’. La gama Alpine dejó de producirse en 1994 tres décadas después de que el A110 rodará por primera vez en las carreteras francesas.
En la actualidad y como homenaje a este mítico automóvil la marca del rombo ha presentado un prototipo de un nuevo Alpine. Concretamente se trata del A110-50. Un vehículo futurista que monta un motor Renault V4Y y un V6 de 3,5 litros que desarrolla 400 caballos.